¿Una simple tortícolis o algo más?
El dolor cervical, comúnmente causado por contracturas, malas posturas o sobreesfuerzos, puede ser molesto y afectar la calidad de vida. Aunque generalmente es temporal, en algunos casos puede indicar un problema más grave.
Tipos de dolor cervical
Existen diversas etiologías del dolor cervical, incluyendo origen muscular, ligamentoso, articular, radicular, discogénico, postquirúrgico, infeccioso y tumoral, entre otros.
Estos dolores pueden presentarse de manera aguda o crónica, diferenciándose por su inicio, intensidad y localización, así como por la irradiación hacia la cabeza, hombros, brazos o parte superior de la espalda.
Para el diagnóstico, el médico realiza una anamnesis detallada, exploración física y puede requerir estudios complementarios como radiografías, resonancias magnéticas, tomografías computarizadas, estudios de conducción nerviosa u otras pruebas diagnósticas.
Principales causas del dolor cervical
Las distintas manifestaciones del dolor cervical varían según la edad y los antecedentes personales del paciente. En individuos jóvenes, predominan las causas musculares y radiculares secundarias a hernias discales. En pacientes de mayor edad, es más frecuente el dolor asociado a artrosis y el dolor radicular debido a estenosis del canal cervical. Cabe destacar que el dolor mixto es una presentación clínica común.
Hábitos que provocan el dolor cervical
Las malas posturas son las principales fuentes del dolor cervical
- Postura repetitiva
- Flexión mantenida al mirar el móvil
- Pasar muchas horas frente al ordenador o televisor
- Malas posturas al dormir
Otros factores que también contribuyen a generar dolor en la zona vertical
- Estrés
- Tabaquismo
- Sedentarismo
- Sobrepeso también contribuyen.
Sustituir por buenas prácticas
Para corregir estos hábitos, además de incorporar una dieta sana y evitar el tabaco, los especialistas recomiendan evitar posturas inadecuadas, aprender a gestionar el estrés y realizar de manera rutinaria ejercicios cervicales de estiramiento y fortalecimiento de la musculatura del cuello y la espalda.
Signos de alerta en el dolor cervical
El dolor cervical puede ser un indicativo de patologías graves. Si se presenta junto con fiebre, pérdida de peso, náuseas, vómitos, disfagia o en casos de traumatismos, puede ser señal de condiciones serias como fracturas, neoplasias o infecciones.
El dolor cervical constituye una urgencia médica cuando se asocia con latigazo cervical, alteraciones neurológicas, inicio súbito e intenso, y/o pérdida de fuerza en extremidades superiores o inferiores, requiriendo atención médica inmediata.
Tratamiento y consejos para erradicar el dolor cervical
En cuanto al tratamiento, es fundamental consultar a un especialista, como un traumatólogo, para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado. Este plan puede incluir fisioterapia, farmacoterapia, la realización de ejercicios específicos (como natación o pilates) y otras intervenciones según sea necesario.
Cómo prevenir el dolor cervical
La Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) recomienda la importancia de realizar ejercicios, incluyendo programas de ejercicios isométricos, además de adoptar los siguientes hábitos:
- Mejorar la postura: Mantener una postura adecuada es esencial para prevenir el dolor cervical. Es importante mantener la espalda recta y los hombros relajados, especialmente durante períodos prolongados de sedentarismo frente a la computadora o al usar dispositivos móviles. Se recomienda el uso de sillas con soporte lumbar y ajustar la altura para que los pies descansen en el suelo.
- Configurar un espacio de trabajo ergonómico: Ajustar la altura y posición de la silla, escritorio y pantalla de la computadora para que los ojos estén al nivel de la parte superior del monitor, evitando así la inclinación de la cabeza hacia adelante o hacia arriba.
- Tomar descansos regulares: Durante jornadas prolongadas en una misma posición, es crucial tomar descansos frecuentes. Levantarse, caminar y realizar estiramientos del cuello y los hombros para mejorar la circulación y aliviar la tensión acumulada.
Ejercicios para aliviar el dolor cervical
- Ejercicios de estiramiento cervical: Realizar ejercicios de estiramiento suave para los músculos del cuello, como inclinar la cabeza hacia adelante (intentando tocar el pecho con la barbilla) y hacia los lados (llevando la oreja hacia el hombro). Mantener cada posición de estiramiento durante unos segundos, asegurándose de no forzar el movimiento.
- Fortalecimiento de la musculatura del cuello: Los ejercicios isométricos son útiles para fortalecer los músculos sin mover significativamente las articulaciones. Colocar las manos en la frente y empujar la cabeza contra ellas sin permitir el movimiento hacia adelante, y luego repetir el ejercicio en la parte posterior de la cabeza. Repetir estos ejercicios aplicando presión lateral para fortalecer todos los lados del cuello.
- Rotaciones del cuello: De manera suave, girar la cabeza de lado a lado, mirando por encima del hombro al alcanzar el límite del rango de movimiento. Realizar este movimiento lentamente para evitar mareos o tensión adicional.
Fuente: Hola
Tratando el dolor cervical
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